D. Josep Cervelló fue uno de los mineralogistas que marcaron la historia del coleccionismo en España.
Catalán de nacimiento, dedicó toda su vida al coleccionismo de minerales, llegando a obtener, tras 71 años de afición y pasión por los minerales, la que se considera una de las mejores colecciones de Europa.
Josep comenzó a coleccionar a la edad de 10 años, su afición surgió cundo un familiar le llevó a visitar una exposición de objetos naturales en la antigua fábrica Batlló, entre los que se encontraban algunos minerales que habían sido recolectados por los propios alumnos de su escuela.
Un primo suyo, ya coleccionista desde algunos años antes, le proporcionó los primeros ejemplares de su colección y no tardó en hacerse socio del Club Muntanyenc como parte del grupo juvenil.
Su presidente, era por aquel entonces el Dr. Baltasar Serradell, otro gran aficionado a la mineralogía del que hablaremos más detenidamente en otra ocasión, al que atosigaba continuamente con sus preguntas y dudas.
El Dr. Serradell se encargaba de organizar charlas, programar excursiones.. y todo tipo de actividades; y respondía con amabilidad y dedicación a todas las preguntas que sus jóvenes alumnos hacían, por lo que era muy querido y admirado entre los miembros del club y fuera de él. Expuso su propia colección de manera pública y gratuita en la sede del propio club, para que todo aquel que quisiera (fuera socio o no) pudiera visitarla. Como compañeros en esta etapa, Cervelló compartió salidas y charlas con personajes tan conocidos como Joaquim Folch, Eduard Serra, Josep Andorrá o Jordi Figueras.
Cervelló sentía especial cariño por la zona del Tibidabo, la cual recorría frecuentemente en sus primeros años, recolectando buenos ejemplares de granates y prehnita por la zona de la carretera de Aigües, ampliando su zona de búsqueda según iba madurando su conocimiento: Montjuic, suria, Olot, Papiol... y aunque todos los minerales, le interesaban en mayor o menos medida, gustaba especialmente de los fosfatos. Salía a recolectar cada vez que podía y son muchas las anecdotas que pudo vivir a lo largo de esos 71 años de coleccionismo.
Contaba el propio Cervelló en una entrevista que le realizaron en julio del año 1980, poco antes de su defunción, una anecdota que recordaba con especial cariño.
" Una vez fuí a la mina de Sant Fost de Campsentelles y en el interior localicé en el techo como un tapiz de chillagita: ¡era fantástico ver aquellos cristales! pero el techo estaba tan alto que no podía alcanzarlos. Apilé unas rocas sobre otras, intenté trepar por la pared, me subí a hombros de mi compañero... pero no había manera de alcanzarlas. En la siguiente incursión llevamos una escalera, pero no pudimos usarla ya que la entrad hacía un codo imposible de pasar con una escalera rígida de esa longitud. Desesperado, intenté cavar oquedades en la pared que me sirvieran de apoyo para escalar, pero era tan dura la roca que desistí a los pocos minutos. Frustado, regresamos nuevamente a casa y decidí construirme una escalera plegable, que tardé casi tres meses en acabar, y con un amigo, regresé a la mina. Cuando llegamos al lugar, descubrimos con sorpresa que el techo donde se hayaban los cristales de chillagita se había desplomado y pudimos recoger las muestras directamente del suelo y casi sin usar el martillo. Ironias de la vida."
Su colección era esencialmente sistemática y seguía la clasificación de Froth a la hora de catalogarlos y actualmente se puede visitar en el museo de ciencias naturales de Barcelona, del cual fue conservador honorario, ya que decidió donar los más de 3000 ejemplares que la conforman, al ayuntamiento de Barcelona en el año 1979.
Aunque la colección es internacional, muchos de los ejemplares que la forman pertenecen a yacimientos clásicos españoles y a pesar de que la ordenación de los ejemplares en el museo, no sigue las directrices de la colección inicial de Cervelló, se conservan las etiquetas y anotaciones originales de la misma, incrementando su valor histórico.
A modo de ejemplo, aquí teneis algunas de las piezas que podemos observar en el museo, tomadas de la revista Macla Vol. 08
Microclina (amazonita) + Cuarzo ahumado
Pikes Peak, Colorado (USA).
Medidas aprox. 10.5 x 10.0 x 4.0 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB.11842)
Aragonito coraloide
Galdames, Vizcaya
Medidas aprox. 9.5 x 8.0 x 7.0 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB.10604)
Cuarzo (calcedonia)
Getafe, Madrid
Medidas aprox. 10.0 x 10.5 x 7.5 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB. 11002)
Cuarzo (Jaspe)
Montjuïc, Barcelona
Medidas aprox. 7.5 x 5.0 x 4.0 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB. 13636)
Fluorita + Calcita
La Collada, Asturias
Medidas aprox. 14.5 x 14.0 x 10.0 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB. 10712)
Scheelita
Cristal bipiramidal con curvaturas de las aristas.
Estepona, Málaga
Medidas aprox. 6.5 x 8.5 x 7.0 cm.
(Foto: Jordi Vidal F. – Ejemplar MGB. 12329)
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